Estas son las palabras que salieron de mi alma apenas puse mis brazos sobre el podio de la capilla funeraria. Mis manos temblorosas de repente dejaron de tambalearse, y mis ojos recorrieron el auditorio con determinación.
El 21 de mayo del 2015, la voluntad de mi papá seguía adelante, pero su cerebro y corazón se cansaron. El 21 de mayo del 2015, mi papá falleció por complicaciones por la leucemia, o cáncer en la sangre, con el que había luchado por más de 6 meses. El día de hoy se cumplen 5 años de su cumpleaños desde su fallecimiento.
Después de lágrimas en silencio, lágrimas en compañía, lágrimas después de 1, 2, 3, 4, 5 años la pregunta que siempre me surge es: ¿Ahora qué sigue?
“Mi papá sigue aquí, en las enseñanzas que nos dejó a mis hermanos, a mi mamá y a mí.”
Estas son tres las lecciones principales que me dejó a mí mi papá:
- Ser resiliente: perdonarte cuando caes, pero tener la fuerza para mejorar y levantarte. Nada viene fácil, después de todo. La vida es lo suficientemente injusta como para derrotarse en la primera caída.
- Ser empático: escuchar al prójimo, y hacer el bien por el prójimo. Muchas veces nos decía que para esto necesitábamos inteligencia emocional. Ser capaces de primero escuchar antes de responder.
- Ser valiente: alzar la voz y ser fuerte en tus convicciones. Protegerte a ti y a los que más amas sobre todas las cosas.
Cada día he buscado, de manera imperfecta, vivir por estos valores. “Mis valores me definen como persona”, me digo a mí mismo. Si bien suena como un cliché, cuando vives un cliché en tu día a día, se vuelve algo más que eso:
- Mi papá dedicó su vida a distribuir medicamento para padecimientos neuroatípicos, como Alzheimer y depresión. No solo en el sector de salud privada, sino en la pública también.
- Mi papá siempre mostró una gran preocupación por los jóvenes, los niños con problemas de atención e hiperactividad. Por tanto, siempre buscó vocalizar y difundir información sobre estos trastornos a sus conexiones físicas y morales (organizaciones).
- En sus últimos años de vida, completó su carrera contra cualquier expectativa de su condición en psicopedagogía. Su sueño era abrir un consultoría para apoyar a niños a través de los diferentes padecimientos neurológicos y psicológicos.
En cada una de estas empresas, y en su empresa de ser padre, siempre mostró resiliencia, empatía y valentía. Y estoy muy orgulloso de él por eso.
A raíz de los últimos eventos, no ha hecho falta la charla y discusión a la hora de la comida: protestas locales e internacionales, gobiernos mediocres, impunidad, prejuicios, orgullo LGBT, todo hemos tocado en esta mesa. Y lo que siempre me pregunto en silencio es: ¿Qué diría mi papá?
Mi papá no era un contemporáneo de su generación: sus ideas y creencias entrañadas en un fuerte vínculo con perspectivas conservadoras, como es el caso de muchos papás de mis amigos en México. Sin embargo, mi papá contaba con el valor más precioso en estos tiempos: la empatía. Poco a poco, fue entendiendo que hay aspectos de sus ideales que podrían ser mejor.
En medio de la conmoción que vivimos ahora diariamente, recordé que George Floyd fue un papá también. Al ver a su hija diciendo “Daddy changed the world!” (¡Papá cambió al mundo!), recordé que la vida y las lecciones de mi papá también cambiaron, cambian y cambiarán al mundo.
Si quieres apoyar a más gente luchando contra el cáncer en México, puedes apoyar a las siguientes organizaciones con tu donativo y apoyo:
- Alianza Anticancer Infantil: brinda una atención integral al paciente y a su familia consistente en: medicamento, transporte local y foráneo las veces que sea necesario, apoyo nutricional, psicológico, albergue y eventos recreativos.
https://www.acancer.org - Cruz Rosa: Apoyo (trabajo social, albergue, nutrición, apoyo psicológico y más) a mujeres diagnosticadas con cáncer.
http://cruzrosa.org.mx - Respirando Con Valor: Informa, conecta y defiende a pacientes con cáncer de pulmón en materia de información y derechos a nivel nacional
http://www.respirandoconvalor.org/donativos/
Te quiero mucho, papá.
En donde quiera que estés, me encontraré contigo de nuevo algún día.